8 consejos para que los niños se acostumbren a comer fruta

Pubicado el : 18/08/2016 08:50:34
Categorias : Estilo de Vida

8 consejos para que los niños se acostumbren a comer fruta

Todas hemos vivido esa situación. Llega el momento del postre y el niño se empecina en que quiere comer un helado y de ahí no lo sacamos. ¡Pero si es verano! Como padres, sabemos que hay vida más allá de los helados y chucherías… ¿Qué mejor ocasión que esta para tomar fruta fresca y de temporada?

Para su salud, desde luego que la fruta aporta más ventajas que el helado y similares… No en vano se ha constatado la alta relación que existe entre sobrepeso y obesidad como factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares. En un artículo publicado en la revista española de cardiología, un grupo de trabajo de profesionales sanitarios estudió esta problemática obteniendo resultados alarmantes: “en 2012 la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil y juvenil en España sigue siendo muy alta (cercana al 40%), pero no ha crecido en los últimos 12 años.”

Según la OMS, un pilar importante para reducir esta pandemia del s. XXI es la educación y la adopción de hábitos nutricionales sanos en casa. E introducir la fruta como un alimento cotidiano puede mejorar la salud de los niños desde pequeños. ¿Cómo conseguirlo?

 

¿Cómo conseguir que disfruten de la fruta en verano?

Con estos consejos el camino no se hará tan cuesta arriba:

  • Dar ejemplo: los niños aprenden por imitación, con lo que hay que aprovechar y predicar con el ejemplo. Si nuestros hijos ven que apenas comemos fruta ni disfrutamos de ello, pocas son las motivaciones que les van a empujar a comer fruta en lugar de helados. Si, en cambio, nos ven ilusionados con la fruta, muchas veces a los niños se les antoja ser como “los mayores”.

 

  • Involucrarlos en la compra y en preparar la comida: si se sienten protagonistas en el proceso querrán disfrutar más del resultado, tanto haciendo la compra como preparando la fruta. Es también es una forma de familiarizarse con cada fruta diferente y su elaboración.

 

  • Cambiar la presentación de la fruta: si los niños son reacios a comer fruta tal cual es, ¿por qué no cambiar su apariencia? Presentarla en forma de compota, brocheta o combinarla con otros productos (yogur, por ejemplo) puede animar a los niños a comerla sin protestar. Este principio puede aplicarse además a las verduras: ¿cuántos reniegan de lo verde y luego se lo comen en forma de puré sin rechistar?

 Frutas en brocheta: postre para niños

  • Tener siempre la fruta a mano y accesible: la mayoría de fruta se transporta fácilmente y, para ponérselo aún más fácil, podemos llevar unas fiambreras con los trocitos ya partidos para que no tengan que pensárselo dos veces. En casa podemos hacer la misma jugada y, por ejemplo, dejar un bol de macedonia ya preparado en la nevera. Cuando los niños lo vean será mucho más apetecible: bien fresquita y ya partida, no encontrarán excusas para protestar.

 

  • Acompañar el desayuno con alguna fruta: empezar la mañana con una pieza de fruta aporta vitaminas y energía que los niños van a necesitar durante todo el día. Un yogur con trocitos de fruta o un zumo natural son nutritivos complementos muy frescos y apetecibles en verano tanto para niños como para mayores.

 

  • Proponer alternativas refrescantes al helado: a pesar de que el helado con su dulzor y cremosidad nos pueda encandilar, la fruta de temporada también es apetecible por su frescura. Si lo queremos potenciar, podemos preparar polos helados de las frutas preferidas de nuestros pequeños. Aquí tenéis dos recetas con buenísima pinta: polos de kiwi y de sandía.

 Niños comen polos de fruta muy alegres

    

  • Transformar la fruta en líquido con zumos y batidos: en el verano la hidratación es importantísima y una parte importante del contenido de las frutas es agua. ¿Por qué no aprovechar esta circunstancia? Los zumos y batidos pueden ser una buena manera: a pesar de que muchos nutrientes se encuentran en la pulpa (sobre todo la fibra), suponen una alternativa a los refrescos azucarados. En este enlace podéis encontrar recetas para hacer batidos caseros. ¡Seguro que ni un niño os dice que no a un zumo o batido bien fresquito! Por último, solo cabe añadir que, tristemente, fuera de casa muchos batidos tienen un alto contenido en helado, siendo menos sanos para nuestros pequeños.

 

  • No exigir demasiado ni impacientarse: sí… es verdad: pones todo de tu parte y al niño le cuesta acceder. ¡La tentación está ahí fuera! Habrá momentos en que te veas desfallecer y, casi automáticamente, insistas o te impacientes. Sin embargo, esto puede producir el efecto contrario: si el niño relaciona comer fruta con momentos de discusiones, se verá mucho más reacio a tomarla. Es mejor, una vez más, dar ejemplo y comerla tú misma, haciendo patente el disfrute. Seguro que en cuanto nos vea contentas, le surgirá la curiosidad y querrá probar un trocito.

 

Y vosotras, ¿tenéis algún truco que no hayamos mencionado para que vuestros niños coman fruta?

    

    

     

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