8 frutas de verano con propiedades esenciales para los niños

Pubicado el : 21/06/2016 08:49:48
Categorias : Estilo de Vida

8 frutas de verano con propiedades esenciales para los niños

¿De qué sustancia está hecho el verano? En Vagaluz pensamos que de luz y calor. ¿No os parece? Tanta luz y tanto calor que nos llega a abrumar, a nosotras y a los niños. Una forma de combatir las temperaturas elevándose gradualmente en estos meses es incorporar de manera regular las frutas y verduras a la dieta de tanto niños como mayores.

Según, nada más y nada menos, que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, junto con la OMS (Organización Mundial de la Salud) y con la FAO (Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas), la cantidad recomendable de consumo de frutas y verduras al día es de 5 piezas, llegando hasta los 400 gramos diarios.

El verano es la época ideal adoptar esta buena costumbre, ya que las frutas y verduras son alimentos que por su frescura apetecen más que nunca. Al respecto, en Vagaluz nos hemos preguntado por las propiedades en particular de las frutas de temporada veraniega. ¿Tienes curiosidad? ¡Adelante con este post entonces!

 

8 frutas de temporada veraniega: ¡su mejor época de consumo!

El verano es una época prolífera en cuanto a la recolección de frutas se refiere. Normalmente estamos hablando de la mejor época de consumo debido a, por un lado, la frescura y sabor de las mismas y, por otro, a su precio, que suele ser más asequible.

Siguiendo el calendario elaborado por la OCU, hemos seleccionado ocho tipos de fruta cuya temporada de recolección se fija en el verano. Hagamos hincapié en saber cuáles son y las distintas propiedades que aporta cada una:

    

1. La cereza, lidera la avanzadilla del verano (recogida en mayo, junio, julio):

Es una fruta temprana, puesto que la recolección empieza a finales de primavera y la temporada llega hasta finales de julio. Las cerezas suelen ser muy populares entre los niños, así que aprovechémonos para favorecer su consumo.

A pesar de que hay que tener cuidado por el hueso, las cerezas son muy ricas en minerales: tienen altas cantidades de potasio y, algo menos, de magnesio y calcio, que ayudan a mantener los huesos y músculos fuertes. Hay que destacar también su contenido en flavonoiedes y ácido elágico, que son magníficos antioxidantes.

   

Niña pequeña comiendo cerezas

   

2. El albaricoque, el viajero (recogida en junio, julio, agosto, septiembre):

Dentro de las frutas anaranjadas veraniegas, encontramos el albaricoque. Es una fruta fácil de transportar por su tamaño y cuyo dulzor y textura hace que sea popular entre los pequeños. Tiene un alto contenido de agua y limitado en hidratos de carbono, por lo que es muy ligera y fresquita, ideal para el verano. Es recomendable tomar los albaricoques maduros porque de esta manera contienen abundantes taninos, sustancia que ayuda a resolver problemas relacionados con digestiones pesadas o estómagos frágiles.

   

3. El robusto melocotón (recogida en mayo, junio, julio, agosto, septiembre):

El melocotón es una fruta que ciertamente engaña puesto que su dulzor podría inducir a que contiene alta cantidad de azúcares. Nada más alejado de la realidad, ya que el melocotón es muy moderado en todos sus componentes: aporta fibra (propiedades laxantes), alto contenido en potasio y bajo en sodio. También tiene propiedades antioxidantes como la provitamina A: reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y de cáncer.

 

4. La nectarina, la nutritiva prima del melocotón (recogida en mayo, junio, julio, agosto, septiembre):

La nectarina, prima hermana del melocotón y albaricoque, contiene mayor cantidad de hidratos de carbono y tiene un mayor valor energético que las otras dos frutas. Tiene un aspecto y un sabor similar al del melocotón, pero sin embargo, su piel lisa y fina hace que sea perfecta para comer sin necesidad de pelarla.

 

5. La dulce breva (recogida en junio, julio):

La breva es la primera fruta que brota de la higuera, seguida del higo. En este caso, el dulzor característico de esta fruta sí viene acompañado de una mayor carga energética, puesto que son muy ricos en hidratos de carbono, que luego se convierte en glucosa. Por ello, son ideales para los niños pequeños, que siempre están ávidos de energía y que soportan un mayor desgaste físico. Esto, unido a su textura blanda, hace que sean frutas muy fácilmente comestibles por los más pequeños (aunque bien es cierto que las pepitas pueden despertar reticencias). Por último, las brevas también destacan por sus cualidades laxantes, ya que tienen un alto contenido en fibra.

 

Niño pequeño comiendo sandía

    

6. La ligera ciruela (recolección en junio, julio, agosto):

La ciruela destaca por ser fuente abundante de fibra y de sorbitol (un tipo de azúcar) que mejora el tránsito intestinal al estimular los músculos del colon. Es una solución laxante natural para nuestros niños si sufren estreñimiento en un momento dado. También funcionan desecadas o en mermelada. Por otro lado, también cuenta con antocianos, sustancias antioxidantes y agentes antisépticos que ayudan a combatir las infecciones, muy típicas en la infancia.  

 

7. El vitamínico melón (recolección en junio, julio, agosto, septiembre):

El melón es una fruta veraniega por excelencia. De manera similar a la sandía, la mayor parte de su composición es agua, por lo que se suele usar a menudo en dietas de adelgazamiento. A pesar del desconocimiento, el melón tiene vitamina C, de acción antioxidante y con múltiples ventajas, como el fortalecimiento de huesos y dientes y la resistencia a infecciones.

 

8. La refrescante sandía (recolección en junio, julio, agosto):

Para finalizar, no podíamos olvidarnos de la sandía, delicia de grandes y pequeños. Es una fruta que no necesita ser pelada y, al tener una textura blanda, es apta para todo niño. Su dulzor es acompañado por la enorme cantidad de agua que contiene y su aporte calórico es muy limitado (lo que la hace ideal para dietas de adelgazamiento). De hecho, dos tajadas de sandía equivalen a un vaso de agua.

    

Además, la sandía esconde un componente muy beneficioso: el licopeno, sustancia que reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y degenerativas

    

    

   

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